Ética, moral y valores: ¿Cuál es su diferencia? 

¿Eres de las personas que sigue las creencias de los demás, o tus ideas son originales e innovadoras?, Abordamos: Ética, moral y valores: ¿cuál es su diferencia?, tema, que te ayudará a responderlo.

Estos conceptos estudian principalmente creencias, ideas, costumbres y conductas humanas, es decir, forman parte de la reflexión sobre la acción humana, sus motivaciones y su sentido. 

Analizar estos conceptos implica profundizar en la historia del pensamiento humano y en la evolución de la vida en sociedad. 

¿Cómo surgen estos tres conceptos?

Los conceptos de ética, moral y valores emergen fundamentalmente de la necesidad social de orden, convivencia y supervivencia grupal. 

En las primeras comunidades humanas, la interacción entre individuos hizo evidente que ciertas conductas favorecían la convivencia y el bienestar colectivo, mientras que otras generaban conflicto y ponían en riesgo la estabilidad del grupo. 

Por lo anterior, se fueron desarrollando reglas de convivencia y comportamiento humano.

¿Por qué se crean?

En general, la ética, moral y los valores surgen para conservar los grupos humanos. A la fecha, sirven para la cohesión y cooperación, la regulación de los conflictos y la formación de una identidad colectiva

Por ejemplo, la moralidad crea marcos de referencia para la cooperación y la confianza en las interacciones humanas, además de establecer límites y mecanismos para resolver disputas, prevenir la violencia y mantener la paz interna del grupo. Mientras que la ética y los valores ayudan a conservar el grupo. 

En términos históricos, el surgimiento y la evolución de la ética, la moral y los valores están ligados a las sociedades primitivas, transmitiéndose a civilizaciones como Mesopotamia, Egipto, China, India con la invención de la escritura y el desarrollo de estados, donde surgen los primeros códigos legales y religiosos que codifican la moralidad.

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Otra civilización importante fue la antigua Grecia, donde con el florecimiento de la Filosofía, especialmente con los Sofistas (quienes cuestionaron la validez universal de las normas y valores) y posteriormente con Sócrates, Platón y Aristóteles, la moralidad se convierte en objeto de reflexión racional. La ética como disciplina filosófica nace aquí, buscando fundamentos lógicos y universales para el “bien vivir” y la virtud.

La diferencia entre la ética y la moral radica en la primera reflexiona sobre la segunda.

¿Qué estudian la ética, la moral y los valores?

A continuación, desglosamos cada uno de los términos considerando un punto de vista sociológico, filosófico e histórico:

Ética

Se ocupa de cómo justificar racionalmente lo que consideramos correcto o bueno, buscando principios que orienten la acción más allá de la costumbre o la autoridad.

La ética se pone entredicho cuando el sujeto —individual o colectivamente— cuestiona las normas recibidas y busca criterios más universales, racionales o coherentes para actuar.

Moral

Desde una mirada integrada, la moral estudia el conjunto de normas, costumbres y principios que regulan el comportamiento en una comunidad determinada. 

Filosóficamente, remite a lo que una colectividad define como “bueno” o “malo”; y socialmente, cumple una función de cohesión y control.

Valores

Los valores son ideas, creencias o principios que orientan las preferencias y decisiones humanas. 

Desde la historia, los valores cambian con las épocas (lo que antes fue virtud, hoy puede ser vicio). Desde lo social, son construcciones colectivas que expresan ideales compartidos (como la libertad, la justicia o el respeto); y desde la filosofía, estudian criterios abstractos que guían el juicio moral.

Diferencias entre ética y moral

La moral se refiere al conjunto de normas, valores y costumbres que una sociedad considera correctas o aceptables. Estas normas suelen transmitirse a través de la educación, la religión, la familia o la tradición.

En cambio, la ética es la disciplina filosófica que reflexiona sobre la moral. No se limita a seguir normas establecidas, sino que se pregunta por el sentido, la validez y las consecuencias de esas normas. ¿Por qué algo es bueno o malo?; busca principios universales o razonables para orientar la acción, incluso cuando estos entren en conflicto con las normas sociales.

Los valores como la justicia han ido cambiando en la historia de la humanidad.

Ejemplos prácticos; ¿Has escuchado de las personas doble moral, políticamente correctos, o diplomáticos?; Detéctalos

Una persona que cree que la homosexualidad “está mal”, puede ser por los principios de su religión o la educación que recibió de su familia, está actuando conforme a la moral. 

En términos de ética, suelen ser casos específicos o dilemas, por ejemplo, un universitario que decide utilizar herramientas de inteligencia artificial sin citar las obras importantes de las fuentes, ¿está bien o mal?

Respecto a los valores, existen varios ejemplos, como es la solidaridad, que es ayudar y tener empatía con otros, tal como pasó con los sismos en México de 2017 y 1985

Ahora también está la contraparte: doble moral, corrección política y diplomacia, un fenómeno frecuente en discursos políticos, religiosos o mediáticos.

Lo podemos ver en funcionarios que promueven campañas contra la corrupción, pero aceptan sobornos, lo que se vincula con la hipocresía y mentira individual.

También están las personas políticamente correctas y diplomáticos hacen uso de un lenguaje y comportamientos que buscan no ofender a minorías. Sin embargo, muchas veces se percibe como fingida, superficial o impuesta.

Existen muchos casos, pero resaltan los políticos que habla de “inclusión” y “diversidad” en discursos públicos, pero cuya agenda legislativa excluye los derechos LGBT+

Filósofos y pensadores contra la moral y la ética

Uno de los críticos más radicales de la moral tradicional fue Friedrich Nietzsche en obras como La genealogía de la moral (1887) y Más allá del bien y del mal (1886), donde sostenía que la moral cristiana —basada en la humildad, la obediencia y la compasión— es una “moral de esclavos”, nacida del resentimiento de los débiles contra los fuertes.

También está Michel Foucault. En Vigilar y castigar (1975) y en Historia de la sexualidad (1976–1984), muestra cómo las normas morales y los discursos éticos forman parte de sistemas de poder que regulan los cuerpos, la sexualidad y el comportamiento.

A esta lista se une Thomas Hobbes, que, aunque no rechaza la ética, es escéptico respecto a la moral natural. En Leviatán (1651), afirma que en el estado de naturaleza los seres humanos actúan por interés propio y están en una guerra de todos contra todos. 

Desde una perspectiva existencialista, Jean Paul Sartre también rechaza las morales absolutas. En El existencialismo es un humanismo (1946), sostiene que el ser humano no nace con una esencia ni con valores preestablecidos, y que, por tanto no hay una ética universal a la cual atenerse. Cada persona debe crear sus propios valores a través de sus decisiones libres.

La moral depende de un conjunto de creencias que se desarrollan a lo largo de la vida.

Crea tu propio esquema moral y ético sin dejar de ser tú

Para crear tu propio esquema moral y ético te recomendamos partir de la conciencia, asumiendo con responsabilidad lo que eliges valorar, defender y practicar en tu vida cotidiana. 

Algunos puntos importantes son: 

1. Reconoce de dónde vienes

Todos nacemos en un entorno que nos transmite normas, creencias y valores: la familia, la religión, la escuela, la cultura.

Pero en algún punto de la vida —especialmente al llegar a la adultez— aparece una pregunta inevitable:

¿Esto que me enseñaron es realmente lo que yo creo?

Ser tú mismo no es rebelarte contra todo, sino revisar lo que has heredado y decidir qué conservar, qué transformar y qué soltar. 

2. Ejercita la reflexión ética

Pregúntate:

¿Qué principios quiero que guíen mi vida?

¿Cómo puedo actuar bien sin traicionarme?

¿Qué tipo de persona quiero llegar a ser?

No se trata de vivir bajo reglas impuestas, sino de construir tu propio marco de acción. 

3. Define tus valores personales

No necesitas que todos coincidan con tus valores, pero sí necesitas claridad sobre los tuyos, para saber en qué dirección quieres caminar.

Pregúntate:

¿Qué me hace sentir que estoy viviendo de forma auténtica?

Conclusión

La moral nos guía desde lo aprendido; la ética nos exige pensar y decidir; los valores nos orientan hacia lo que consideramos importante. Pero en la vida social estos conceptos se cruzan con dinámicas culturales, políticas y económicas que los tensan, los contradicen o los instrumentalizan.

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