¿El hombre es malo por naturaleza?, lo respondemos desde diversos ángulos

¿El hombre es malo por naturaleza?, ¿Por qué necesitamos leyes y normas sociales para regular nuestra conducta?, ¿Por qué, cuando los humanos concentran poder, se vuelven egoístas y crueles con los demás?, ¿Cómo explicar los actos como la guerra, el genocidio y la violencia generados por el ser humano?

Estas preguntas invitan a una reflexión sobre la naturaleza humana y desafían la visión romántica de una bondad innata. Al explorar estas cuestiones, podemos comprender mejor las complejidades de la condición humana y las fuerzas que influyen en nuestro comportamiento.

A continuación, exploraremos las diferentes perspectivas sobre esta compleja cuestión, desde las raíces filosóficas hasta las implicaciones en la religión y psicología

Primero: comprendamos la maldad humana desde nuestro contexto actual

La maldad humana ha sido entendida como una tendencia inherente o como una desviación social, por lo que Thomas Hobbes, en su obra Leviatán, describió la naturaleza humana como: “solitaria, pobre, desagradable, brutal y breve”. Para evitar este estado de guerra perpetua, propuso la creación de un contrato social: los individuos ceden parte de su libertad al Estado, un poder soberano fuerte, a cambio de seguridad y orden. La ley, según Hobbes, no es un reflejo moral, sino un instrumento para evitar la violencia y el caos.

Jean-Jacques Rousseau, por el contrario, imaginaba un estado de naturaleza más armonioso, donde el ser humano era esencialmente bueno, pero corrompido por la sociedad y la propiedad privada. Su contrato social no buscaba someter, sino recuperar la libertad colectiva a través de un pacto donde la ley refleje la voluntad general y la búsqueda del bien común.

El hombre es malo por naturaleza, por eso necesita leyes, indica Hobbes.

Denis Diderot, desde la Ilustración, enfatizó la educación y la razón como herramientas para formar sociedades justas. Su visión del orden social no partía del miedo o la sumisión, sino de la necesidad de un conocimiento compartido para promover la libertad y la equidad.

Estamos regidos por sistemas legales y leyes que regulan nuestra conducta

Es así como actualmente, el Derecho rige las sociedades contemporáneas, el cual, no solo es un mecanismo de control, sino como un pacto implícito entre individuos para proteger derechos y delimitar responsabilidades, que a su vez, está conformado por una serie de leyes que buscan equilibrar libertad y control, proteger derechos y garantizar la paz social.

Las leyes y las normas sociales se presentan como un contrato social implícito que nos permite vivir en comunidad. 

Los sistemas legales que nos rigen actualmente son el resultado de una larga evolución histórica y filosófica y han sido creados para protegernos de nuestra propia naturaleza, para resolver conflictos a fin de permitirnos vivir juntos en armonía.

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Pero, ¿Cuál es la verdadera naturaleza humana según la religión?

La verdadera naturaleza humana, según la religión, especialmente en la tradición cristiana, es un tema conectado con la relación entre el ser humano y Dios. Esta naturaleza se comprende como una mezcla de dignidad y fragilidad, siendo creada a imagen y semejanza divina (Imago Dei), pero marcada por el pecado original. 

Una de las teorías más aceptadas dentro de esta perspectiva es la de San Agustín, quien veía la naturaleza humana como originalmente buena, creada por Dios para vivir en comunión con su esencia. Sin embargo, con la desobediencia de Adán y Eva, la humanidad cayó en el pecado original, un estado de corrupción que afecta la voluntad y el entendimiento.

Según Agustín, todos los seres humanos nacen con esta inclinación al mal, una herencia transmitida desde los primeros padres. Esta condición explica la lucha interna entre el deseo de hacer el bien y la inclinación al pecado.

Desde esta perspectiva, solo mediante la gracia divina, manifestada en Jesucristo, el ser humano puede ser redimido y restaurado a su propósito original.

La naturaleza humana fue corrompida por el pecado original, según el cristianismo.

Por otro lado, Santo Tomás de Aquino, presenta una visión más optimista de la naturaleza humana. Según él, aunque el pecado original ha herido a la humanidad, no la ha destruido completamente.

Para Aquino, el ser humano es un ser racional por excelencia, creado con un alma inmortal que busca naturalmente el bien y la verdad. Este deseo de plenitud está orientado hacia Dios como el bien supremo.

Aunque el pecado afecta la naturaleza humana, oscureciendo el entendimiento y debilitando la voluntad, no anula su capacidad para conocer el bien ni su inclinación hacia él.

El hombre es bueno o malo: ¿Qué dice la filosofía?

La pregunta sobre si el hombre es bueno o malo ha sido un tema central en la historia de la filosofía, abordado desde perspectivas éticas, metafísicas y existenciales a lo largo de los siglos.

Las corrientes ideológicas ofrecen perspectivas variadas y complementarias sobre esta cuestión.

Por un lado, los filósofos clásicos tendían a enfatizar la bondad innata del hombre, aunque reconociendo la influencia de factores externos como la educación y las pasiones.

En este sentido, destaca los pensamientos de Sócrates, quien sostenía que la bondad está ligada al conocimiento. Para él, el mal surge de la ignorancia. Un individuo que comprende el bien de manera plena, lo hará inevitablemente, ya que el conocimiento lleva a la virtud (areté). Por lo tanto, el hombre es bueno por naturaleza, pero puede actuar mal cuando desconoce la verdadera naturaleza del bien.

Platón, siguiendo a Sócrates, también vinculó la bondad con el conocimiento, pero agregó una dimensión metafísica. En su teoría de las Ideas, el Bien es la forma suprema. Sin embargo, el alma, atrapada en el mundo material, puede desviarse de esta verdad, lo que genera el mal como una forma de ignorancia o desorden del alma.

Plotino, influido por Platón, señaló que el mal no es una realidad en sí misma, sino la ausencia del Bien, un alejamiento del Uno, la fuente suprema de todo lo bueno y bello. La maldad sería un grado de privación ontológica, no un principio activo.

Aristóteles, en cambio, abordó la naturaleza humana desde una perspectiva más práctica y ética. Para él, el hombre no es inherentemente malo, sino imperfecto y perfectible. La maldad surge cuando no se cultivan las virtudes y se actúa desde los excesos o defectos.

La filosofía moderna y la maldad humana

En cambio, los filósofos modernos, como Nietzsche y Sartre, ofrecieron visiones más pesimistas y existencialistas de la naturaleza humana, cuestionando la idea de una esencia fija y buena.

Friedrich Nietzsche desafió radicalmente las concepciones clásicas. En Más allá del bien y del mal, criticó la moral tradicional que reprime la verdadera naturaleza del hombre. Para él, los conceptos de “bueno” y “malo” son construcciones sociales que han sido utilizadas para someter al individuo. 

La auténtica grandeza humana se encuentra en la voluntad de poder y la afirmación de los propios instintos vitales, sin ser inherentemente ni bueno ni malo, sino afirmativo de la vida.

Jean-Paul Sartre, por otro lado, sostenía en su filosofía existencialista que “el hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”. No existe una esencia predeterminada ni bondad o maldad innata. El ser humano es libre y responsable de sus actos. La maldad, entonces, surge cuando el individuo actúa de forma inauténtica, negando su libertad y cediendo a patrones impuestos por la sociedad.

Explicación de la Psicología social y las ideas actuales sobre la maldad

La Psicología social define la maldad como la intención o acción deliberada de causar daño físico, emocional o psicológico a otros, aunque las motivaciones pueden variar considerablemente. También este concepto puede clasificarse de la siguiente manera:

😠Maldad calculada

Se da cuando la persona hace daño con un propósito específico, como obtener poder, riqueza o venganza. Ejemplo: crímenes premeditados o manipulación.

😠 reactiva

Surge de impulsos emocionales, como la ira o los celos. Ejemplo: agresiones espontáneas o violencia en discusiones.

😠 ideológica

Ocurre cuando el daño es justificado por una creencia o ideología percibida como superior. Ejemplo: genocidios, terrorismo.

😠 pasiva

Implica la omisión de actuar cuando se tiene la capacidad de evitar un daño. Ejemplo: negligencia o indiferencia ante injusticias.

😠 colectiva

Surge en contextos grupales donde la responsabilidad se diluye, como en linchamientos o persecuciones.

El poder del contexto para generar maldad

El experimento de la prisión de Stanford, dirigido por Philip Zimbardo en 1971, simuló una prisión con voluntarios divididos en “guardias” y “prisioneros”. Rápidamente, los guardias comenzaron a actuar de forma sádica y humillante, mientras los prisioneros mostraban sumisión y signos de trauma psicológico.

La naturaleza humana depende de factores externos, señala la Psicología social.

En este caso, se demostró cómo los entornos sociales y los roles asignados pueden influir en la conducta maligna de personas aparentemente comunes. 

En este orden de ideas, Hannah Arendt, en su obra Eichmann en Jerusalén (1963), introdujo el concepto de la banalidad del mal al analizar el juicio del oficial nazi Adolf Eichmann. Arendt no describió a Eichmann como un monstruo sádico, sino como un burócrata común, que obedecía órdenes sin reflexionar críticamente sobre las consecuencias de sus actos.

De esta manera se concluye que el mal sería producido por las personas y se manifestaría solo cuando encuentra espacio institucional y estructural para ejercerlo.

Conclusión

En conclusión, la pregunta sobre la verdadera naturaleza humana es una cuestión compleja y multifacética. Las respuestas que ofrecen las diferentes religiones y pensadores son variadas y a menudo complementarias.

Como indicó Viktor Frankl en El hombre en busca de un sentido, “las personas pueden alcanzar la más alta nobleza espiritual, pero también caer en la brutalidad más extrema.

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10 respuestas

  1. El hombre es malo por naturaleza? el articulo, nos invita a responder, pero antes nos plantea la necesidad de contemplar distintas posibilidades pensadas desde ópticas y contextos varios, en lo personal son ideas y argumentos muy interesantes, no son todos, tampoco se profundiza mucho, pero nos plantea la idea de pensar y repensar lo que es para nosotros una posible respuesta, después de leer estas lineas, quizá, conectemos más con una idea y argumento que con otro, siempre lo valioso será cuestionarnos y pensar, nuestra propia subjetividad puede dar a luz una respuesta, una idea. Por ello este articulo es valioso y pertinente. La posibilidad de encontrar una respuesta distinta, la propia, siempre constituirá una forma de conectar con nuestra identidad; pensar la pregunta, no implica entenderla, para esto último, se precisa enfocar nuestra mente y llevarla al límite de nuestras creencias, ideologías, razonamientos, saberes; desde ahí, sin atajos, podemos pensar y entender, entendernos; preguntamos y buscamos respondernos y luego actuamos. Actuar en conciencia es la mejor opción, es referir a la razón nuestras acciones, es entonces una forma, un momento de practicar libertad. La respuesta ante toda pregunta es una posibilidad de entender, de comprender y siempre es también una posibilidad de actuar.
    UNa pregunta adicional, pero en el mismo sentido :
    Considerando el actuar de la humanidad como civilización en donde se promueven diversos valores, ideologías, tecnologías, culturas, economías etc etc, cual de todas ellas consideramos representa la mejor expresión para responder: es la humanidad buena o mala por naturaleza? La contingencia de la(s) respuesta (s), ocultaría la posibilidad de NO ver como, La Humanidad en su devenir histórico promueve Destrucción de la Naturaleza como condición del Crecimiento y Desarrollo humano y por lo tanto; La Destrucción quizá se constituye como condición del modelo de Civilización Occidental o Hegemónica actual? Como responderíamos tomando en cuenta los hechos , las noticias de todos los días?

    1. Buen día Jorge: te agradecemos tu reflexión sobre el artículo.
      Tocas un punto clave: la subjetividad como brújula para interpretar el mundo y responder a las grandes preguntas. Y eso es justamente lo que buscamos fomentar con este tipo de contenidos: no ofrecer respuestas cerradas, sino abrir posibilidades de pensamiento crítico y reflexión profunda. Porque, como bien dices, cuestionarse es ya un acto de libertad y una forma de comenzar a entendernos.

      Respecto a tu pregunta, nos invitas a mirar la historia, la civilización, el desarrollo y sus costos. Y sí, es imposible ignorar que mucho del progreso ha estado vinculado a la destrucción, especialmente de la naturaleza. Pero también es cierto que, desde dentro de esa misma humanidad, han surgido voces, movimientos y decisiones que buscan un cambio, una transformación más consciente, más empática, más sostenible.

      Tal vez, más que preguntarnos si la humanidad es buena o mala por naturaleza, podríamos preguntarnos: ¿cómo queremos que sea nuestra naturaleza de aquí en adelante?
      La historia no está escrita en piedra: se reescribe con cada acción, con cada decisión, con cada acto de conciencia.

      Gracias por abrir este diálogo tan necesario. Nos encantará seguir leyéndote y construyendo este espacio de pensamiento crítico contigo. Saludos

  2. En opinión personal, la bondad y la maldad, coexisten. Son necesarias para que el ser humano pueda emitir sus propios juicios de valor y así, superarse a sí mismo. Retomando lo que ilustra Lao Tse en su filosofía del Tao Te Ching ” Todo el mundo toma el bien por el bien, y por eso conocen qué es el mal. Porque, el ser y el no-ser se engendran mutuamente.”

    1. Estimada Eugenia:
      Es muy interesante cómo retomas la filosofía del Tao Te Ching para reflexionar sobre la coexistencia del bien y el mal. En efecto, desde esta perspectiva, ambos conceptos no solo coexisten, sino que se definen mutuamente, permitiendo que el ser humano desarrolle su capacidad de discernimiento y crecimiento personal.

      En el ámbito académico, esta dualidad también se estudia desde distintas corrientes filosóficas y psicológicas.
      Agradecemos tu comentario.
      Seguiremos ahondando en este tipo de temas.
      Saludos

    1. Agradecemos tu comentario.
      Seguiremos abordando temas de este tipo.
      Cuéntanos, qué otros títulos te gustaría leer en el blog.
      Saludos

  3. Así como la oscuridad es la ausencia de luz, la maldad es la ausencia de bondad. Lo contrario del amor es el odio. Luego entonces, todo aquello que es, es por lo que no es, como lo que hay es por lo que no hay.

    1. Gracias por tu comentario, sin duda, la perspectiva que refieres ha influido en el pensamiento teológico y filosófico occidental.
      Cuéntanos, qué otros temas te gustaría leer en el blog.
      Saludos

  4. Albert Einstein decía que la maldad es la ausencia de Dios en el corazón, estoy totalmente de acuerdo necesitas no tener sentimientos para lastimar a cualquier ser vivo y necesitas tener la dureza para gozar del sufrimiento de otros, de hecho lo considero algo patológico cuando tiene esa conducta enfermiza.

    De ahí la importancia que las siguientes generaciones tengan la sensibilidad al respeto por todo tipo de vida, encontrando así la restauración de nuestras sociedades y medio ambiente.

    1. Tu comentario destaca la necesidad de una educación que fomente la empatía y el respeto desde temprana edad. Coincidimos que al enseñar a las nuevas generaciones a valorar todas las formas de vida, estamos sembrando las semillas para un futuro más prometedor.
      Saludos

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