Primer día de trabajo: crónica de tu camino al éxito 

El primer día de trabajo es un momento donde la incertidumbre se mezcla con la emoción.

¿El secreto? 

No esperar a que sea todo perfecto. 

Los mejores viajes se construyen con curiosidad, resiliencia y algo de desorden en el camino. 

Así que, si estás frente a un nuevo reto, respira hondo y confía en ti.

¿Por qué sentimos nervios al entrar a un nuevo trabajo?

Considera que somos seres psicosociales. 

Al integrarnos a un nuevo grupo, buscamos aceptación y reconocimiento. 

En un entorno laboral, deseamos demostrar que somos competentes y que encajamos bien.

Lo anterior va de la mano con el miedo; miedo a cometer errores.

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Nos preocupa equivocarnos en tareas básicas, no entender las instrucciones o, peor aún, parecer torpes. 

También hay que decir adiós a la zona de confort, que conlleva cambiar de rutinas y adaptarse a una nueva dinámica.

Por si fuera poco, el síndrome del impostor está al acecho: ese susurro que, a pesar de títulos y experiencia, nos murmura al oído: ¿Y si piensan que no soy quien creen?

Todo esto mezclado en una licuadora llamada: primer día de trabajo. 

El éxito en tu primer día de trabajo depende de la confianza en ti.

Hacks para enfrentar los nervios y el miedo

Antes de poner un pie en la oficina (o conectarte), considera los siguientes puntos: 

Sé puntual 

Confirma la hora de entrada, cómo llegar (si es presencial), o si es remoto, la hora de la videollamada y la plataforma. Tener todo esto claro reduce el estrés de última hora.

Investiga un poco más

Conocer un poco más sobre su cultura o proyectos recientes de la empresa o del área en la que estarás, te dará temas de conversación y te hará sentir más familiarizado.

Prepara tu vestuario (si aplica)

Elige algo cómodo, pero profesional el día anterior, recuerda que la primera impresión jamás se olvida.

Respira y regula tu cuerpo

Respira conscientemente (inhala profundo 4 segundos, sostén 4, exhala 4) ayuda a regular el sistema nervioso, bajando la frecuencia cardíaca y calmando la ansiedad. Puedes practicarlo en el trayecto o antes de entrar.

Te contamos cómo aprender rápido en un nuevo trabajo.

¿Cómo presentarme en mi primer día de trabajo?: Mejores tips

Tu lenguaje corporal habla más de lo que te imaginas. Entra con la cabeza en alto, una postura erguida que irradie confianza, pero sin arrogancia. Una sonrisa genuina es tu carta de presentación; es contagiosa y desarma cualquier barrera inicial, añade un apretón de manos firme (si la cultura lo permite y la situación es presencial) transmite seguridad y respeto. Si es virtual, un saludo claro y una mirada directa a la cámara proyectan la misma energía.

Ahora, continua con el lenguaje verbal. Di tu nombre, de dónde vienes profesionalmente, y si lo sientes natural, menciona algo que te entusiasme del nuevo rol o del lugar. Por ejemplo: “Hola, soy Sofía y me emociona sumarme a este equipo porque creo en el poder del aprendizaje constante”.

No necesitas impresionar, sino conectar. Escucha con atención y recuerda que todos, incluso quienes ya llevan años en la empresa, también tuvieron un primer día. 

Finalmente, muestra interés por los demás —sus nombres, roles, experiencias— lo que te ayudará a integrarte más rápido.

La suerte en el primer día de trabajo es de quien la construye.

Mejora tu curva de aprendizaje con estas recomendaciones

La neurociencia ha demostrado que el cerebro aprende más eficazmente cuando está emocionalmente implicado. Según un estudio de Gruber, Gelman y Ranganath (2014), la curiosidad activa el sistema de recompensa y mejora la memoria declarativa. 

Así que, mantener una actitud abierta, con preguntas genuinas y disposición al asombro es positivo y biológicamente útil.

En ambientes laborales, uno de los mecanismos de aprendizaje más potentes es el aprendizaje observacional, el cual está respaldado por las investigaciones de Albert Bandura (1977), por lo que observar cómo actúan tus compañeros, cómo se comunican o resuelven problemas, permite al cerebro modelar comportamientos y adaptarlos rápidamente.

Además, hacer preguntas mejora la adquisición de información y refuerza la comprensión, ya que involucra la metacognición, es decir, la capacidad de pensar sobre lo que estás aprendiendo. 

Por otra parte, Mueller y Oppenheimer (2014) demostraron que escribir a mano mejora la comprensión, por lo tanto, tomar notas a mano, esquematizar o hacer resúmenes son herramientas que te pueden ser de ayuda. 

Mucha suerte y mucho éxito en tu nuevo empleo.

Conclusión 

Lo expresó Italo Calvino con sutil sabiduría: “El inicio es el lugar más delicado de cualquier relato”. Y es precisamente ahí, en ese momento incierto, pero vibrante, donde todo se vuelve posible.

Mucha suerte y mucho éxito. 

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