La teoría psicosexual de Freud es una de las propuestas más conocidas y debatidas dentro del Psicoanálisis.
Desarrollada por Sigmund Freud a finales del siglo XIX y principios del XX, plantea que
la personalidad se forma en la infancia a través de una serie de etapas donde la libido (energía psíquica de la pulsión sexual) se concentra en diferentes zonas del cuerpo llamadas zonas erógenas.
En ese sentido, el psicólogo afirmó que la sexualidad no comienza en la adolescencia, como se pensaba tradicionalmente, sino que está presente desde el nacimiento.
Ejemplo de la teoría psicosexual
Para tener un ejemplo claro y concreto, analicemos el siguiente caso:
Zara, de 30 años, fuma compulsivamente y busca constantemente chicles. Según Freud, esto podría reflejar una fijación en la etapa oral, asociada a una carencia en la lactancia. Aunque la teoría es controvertida, ilustra como experiencias tempranas moldean conductas adultas.
Etapas psicosexuales según Freud
Freud propuso cinco etapas del desarrollo psicosexual:
1. Etapa oral (0 a 1 año)
Zona erógena: Boca.
Actividades predominantes: Succión, morder, chupar.
Campos requeridos*
Ejemplo: Un bebé que se calma al llevarse objetos a la boca. En la adultez, puede generar conductas como fumar, comer en exceso o necesidad de hablar constantemente.
2. Etapa anal (1 a 3 años)
Zona erógena: Ano.
Actividades predominantes: Control de esfínteres, placer en retener o expulsar.
Ejemplo: Un niño que empieza a controlar su necesidad de ir al baño. Puede dar lugar a personalidades demasiado controladoras (anal-retentiva) o desorganizadas (anal-expulsiva).
3. Etapa fálica (3 a 6 años)
Zona erógena: Genitales.
Conflicto principal: Complejo de Edipo (en niños) y Electra (en niñas, según Carl Jung).
Ejemplo: Un niño que empieza a mostrar preferencia por el progenitor del sexo opuesto. Dificultades en la identidad sexual o relaciones de pareja en la adultez.
4. Etapa de latencia (6 años a pubertad)
Zona erógena: La energía sexual se reprime.
Actividad predominante: Desarrollo de habilidades sociales, cognitivas y morales. El interés se enfoca a actividades escolares, amistades y deportes.
5. Etapa genital (desde la pubertad en adelante)
Zona erógena: Genitales (relaciones sexuales maduras).
Actividad predominante: Formación de vínculos afectivos estables y sexualidad adulta.
Ejemplo: Adolescente o adulto joven que busca establecer relaciones amorosas y sexuales sanas.

¿Cómo surgió la teoría?
A raíz de un caso clínico, Freud observó, junto al psicólogo Josef Breuer, que los síntomas de su paciente desaparecían al revivir recuerdos traumáticos reprimidos. Esto le hizo considerar la importancia de lo inconsciente y los recuerdos infantiles como fuentes de conflicto psíquico.
En ese sentido, desarrolló la teoría del inconsciente y de la represión, observó que muchos conflictos infantiles eran reprimidos, pero persistían de forma inconsciente, afectando la conducta adulta. Las fantasías, los sueños y los síntomas neuróticos eran expresiones simbólicas de estos deseos reprimidos.
A su vez, propuso que la sexualidad no empieza en la pubertad, sino desde el nacimiento, y que esta pasa por distintas etapas en función de las zonas del cuerpo que proporcionan placer.
A través del psicoanálisis, Freud recopiló numerosos relatos de pacientes adultos cuyas dificultades emocionales se vinculaban con experiencias tempranas no resueltas. Fue así como sistematizó sus observaciones en un modelo que describe cómo la libido se desplaza por distintas zonas del cuerpo durante la infancia.

Polémica y debatible: las ideas que cuestionan la teoría
La teoría creó polémica porque contradecía frontalmente la moral victoriana, el cristianismo tradicional y el sentido común social de la época, que veían a la infancia como un estado de pureza y asexualidad. Sugerir que los niños podían tener deseos sexuales fue considerado inmoral, incluso patológico.
El complejo de Edipo, es una de las ideas centrales de la teoría, afirmando que todo niño atraviesa un conflicto inconsciente en el que desea sexualmente al progenitor del sexo opuesto y ve al del mismo sexo como un rival.
Estas ideas cuestionaban la santidad del núcleo familiar y mostraban que los afectos familiares podían estar atravesados por pulsiones inconscientes.
Freud explicó gran parte de la conducta humana —incluyendo la moralidad, el arte, la religión y los síntomas neuróticos— como resultado de la represión de deseos sexuales infantiles.
Otro de los puntos cuestionables fue la falta de comprobación empírica, ya que la teoría psicosexual, al igual que otras formulaciones psicoanalíticas, se basa en la interpretación clínica de materiales subjetivos (como sueños, fantasías, asociaciones libres).

Aportaciones a la Psicología contemporánea
Freud amplió el concepto de sexualidad más allá de lo genital o reproductivo, y lo vinculó con el deseo, el placer, la identidad y el vínculo.
A partir de esta teoría, surgieron teorías posteriores como el apego (Bowlby) o el desarrollo psicosocial (Erikson), que reformularon sus ideas con bases empíricas.
Con esto, se desarrollaron conceptos ampliamente usados en psicología clínica, como son: Negación, proyección, racionalización, sublimación, entre otros.
De la misma forma, Freud introdujo la noción de que gran parte de nuestra vida psíquica se desarrolla fuera de la conciencia. Aunque hoy se estudia desde otros marcos —como la neurociencia cognitiva o la psicología implícita—, la idea de que no siempre somos conscientes de lo que sentimos o deseamos es una aportación importante.
Otra de sus aportaciones fue el concepto de conflicto psíquico aplicado en la Psicología psicodinámica actual, heredera del psicoanálisis, que sostiene que los síntomas surgen de conflictos internos entre deseos, normas y defensas.
Conclusión
A pesar de las controversias, la teoría psicosexual tuvo un gran impacto: Freud abrió un nuevo campo de estudio sobre la mente inconsciente, la sexualidad y el desarrollo humano que marcó un antes y un después en la Psicología, la Educación y las Ciencias Sociales.
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