Las elecciones de Estados Unidos 2024 no sólo tuvieron a Kamala Harris y a Donald Trump como protagonistas. En el escenario, aparecieron figuras relevantes, cuyos mensajes, reacciones y reacciones emocionaron al público. Aludir a la emocionalidad y su influencia en el marketing político fue determinante para que la balanza se inclinara hacia Donald Trump.
Las elecciones presidenciales de EE. UU. en 2024 estuvieron marcadas no solo por las propuestas de los candidatos, también por la emocionalidad y el marketing político. Conoce más sobre estos temas y las lecciones que dejó este proceso.
Un poco de contexto: ¿Cómo es el proceso electoral en Estados Unidos?
Las elecciones en EE. UU. se llevan a cabo al inicio del mes de noviembre, el primer martes, y se realizan cada cuatro años.
El proceso es el siguiente:
- En la primavera del año anterior a la elección, los candidatos anuncian su intención de postularse o registran su candidatura.
- En el verano del año anterior hasta la primavera del año electoral, se realizan los debates de las elecciones primarias y las asambleas de los partidos políticos, a lo que se le denomina caucus.
- Meses de enero a junio del año electoral: Los estados y partidos políticos realizan las elecciones primarias y sus asambleas de partido. En las elecciones primarias los partidos eligen a su candidato preferido de manera anónima.
El estado en donde se llevan a cabo las elecciones primarias toma en cuenta este resultado y otorga un número de delegados a los ganadores. En cuanto a los caucus, son reuniones privadas de los partidos políticos, donde se analiza a cada candidato y se le brinda apoyo al que más simpatizantes tiene. - Meses de julio a septiembre: Se realizan las convenciones para elegir al candidato y a quien será el candidato a vicepresidente.
- Meses de septiembre a octubre: Los candidatos participan en los debates presidenciales.
- Inicio del mes de noviembre: Los ciudadanos votan.
- Mes de diciembre: El Colegio Electoral emiten sus votos.
- Inicio de enero: El Congreso cuenta los votos electorales.
- 20 de enero: Día de la inauguración presidencial.
El papel del Colegio Electoral es muy importante. Muchos especialistas en Ciencia Política, reflexionan sobre este tipo de proceso.
Al contrario de Latinoamérica, donde hay el sufragio directo, las elecciones de EE. UU. 2024 se realizan por democracia indirecta, donde cada estado recibe un número de votos electorales, de acuerdo con su representación legislativa en el Senado y Cámara.
¿Qué es y cómo funciona el Colegio Electoral?
Es un organismo conformado por 538 electores o delegados que representan a cada estado y son los que eligen al vencedor de la contienda.
Cada estado tiene la misma cantidad de electores que miembros en el Congreso, un número determinado en función de su población:
- Los estados que más aportan son: California (54), Texas (40), Florida (30) y Nueva York (28).
- Los que menos aportan (3): Alaska, Wyoming, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Delaware, Bermont.
- A la capital del Distrito de Columbia (D. C.) también se le asignan tres votos.
- Salvo muy pocas excepciones, el candidato que vence en un estado se lleva todos los votos, no importa si ha ganado por un voto o por un millón.
- Para ser proclamado presidente hay que ganar por lo menos 270 votos.
- Si hay empate, entonces, al presidente lo elegiría la Cámara de Representantes , y al vicepresidente, el Senado.
El 5 de noviembre, en las elecciones de EE. UU. 2024 más controversiales, Donald Trump obtuvo 277 votos electorales, en tanto, Kamala Harris, obtuvo 224. Siete estados fueron claves en este resultado, ya que, 93 votos estaban repartidos entre ellos.
Campos requeridos*
Pensilvania es el que tuvo más peso con 19 votos. Los siguientes estados clave fueron: Georgia (16) y Carolina del Norte (16) seguidos de Michigan (15), Arizona (11), Wisconsin (10) y Nevada (6). En ellos se centraron los esfuerzos de campaña de ambos candidatos.
¿Cómo influyó la cultura pop en estas elecciones
Las elecciones en EE. UU. 2024 han dejado varias lecciones de comunicación y marketing político. Entre memes, gatos y videos en las redes sociales, uno y otro candidato, se hicieron eco, sobre todo, entre los más jóvenes. Por ejemplo, del lado demócrata, se hizo tendencia el término “brat” que es mencionado por la cantante Charlie XCX y que significa ser una mujer rebelde, pero confiada, por lo cual se hizo viral un video con la imagen de Kamala Harris y la leyenda “Kamala is brat”.
También, el Partido Demócrata tomó algunas frases de los discursos de Donald Trump, pero sobre todo, de JD Vance, quien mencionó: “El Partido Demócrata está liderado por ‘señoras con gatos’ pero sin hijos”. A lo que la reacción no se hizo esperar y muchas jóvenes acudieron a los mítines a favor de la candidata Kamala: “Mujeres con gatos por Harris”. Una de estas mujeres jóvenes es una celebridad…
Taylor Swift: La voz de una generación
Taylor Swift ha sido un fenómeno no sólo en la música, también en el activismo político juvenil. Desde sus pronunciamientos sobre temas como el registro de votantes en 2020 hasta su influencia en redes sociales, Swift ha movilizado a una generación entera. Con millones de seguidores jóvenes, sus mensajes de participación ciudadana tienen un impacto real en la participación política.
En su momento publicó en su Instagram, una imagen de ella con su gato Benjamin Button que decía lo siguiente: “Una señora con gatos y sin hijos”, brindándole su apoyo a Kamala Harris y a Tim Walz en estas próximas elecciones.
Swift alentó a los jóvenes a votar, lo que llevó a un notable aumento en registros de votantes de entre 18 y 24 años. Y si bien conectó con sus seguidores, no fue suficiente para adelantar a Trump.
Elon Musk y su apoyo a Trump
En tanto, otra celebridad, pero del mundo de la tecnología, Elon Musk, el multimillonario y CEO de Tesla y SpaceX, férreo crítico de la administración demócrata, apoyó directamente a Donald Trump e hizo un gran donativo a su campaña.
Si bien en marzo de este año había dicho que no se pronunciaría por algún candidato, un tiempo después se le vería en mitines y donó al menos 75 millones de dólares para la campaña de Trump, por lo que es un claro impulsor del movimiento MAGA: Make America Great Again.
No se sabe aún qué puesto tendría dentro del gabinete de Trump, pero en otro momento el magnate ha expresado de llevarlo a su gobierno: “Musk es un tipo muy inteligente. Definitivamente, lo haría”, a lo que Elon respondió: “Estoy dispuesto a servir”.
Se sabe que Elon Musk ha asesorado a Donald Trump con respecto a temas como vehículos eléctricos, políticas criptomonedas. El dueño de Tesla cuenta con contratos gubernamentales, así que puede convertirse en un actor todavía más influyente. Veremos cómo se configura este nuevo mandato de Trump y el papel de Musk en su gobierno.
Donald Trump: Elecciones en EE. UU. 2024 y la emocionalidad
La victoria de Trump marca una nueva etapa, por muy polémica que sea. El electorado emitió un voto de castigo hacia el Partido Demócrata, por lo que se apostó por el autoritarismo. Varios análisis de algunos politólogos, señalan que este autoritarismo denominado posdemocrático llegó con Trump en su primer mandato.
Pese a haber sido condenado a 34 cargos por falsificación e incitar la toma del Capitolio por grupos simpatizantes de él, Donald Trump llegará de nuevo a la Casa Blanca.
Su regreso al poder sugiere que la emocionalidad está por encima de la racionalidad, donde el adversario es un enemigo al que hay que destruir, y la violencia es el medio. Y no solo está ocurriendo en Estados Unidos. La derecha ha ganado posiciones y viene con fuerza en otras naciones.
Una hipótesis que señalan los analistas es, que tras la globalización económica, hay grandes sectores de la población que no ha podido integrarse, se ha castigado a la clase media y no han visto en la democracia tradicional respuestas ni ayuda a mejorar.
Elecciones EE. UU. 2024: Lecciones del marketing político y Trump
En la campaña de Trump, el análisis de la data fue fundamental, ya que revisar minuciosamente las preocupaciones y dolores de determinados segmentos de la población, le ayudó en la toma de decisiones.
De esta manera, se personalizó el mensaje, esto es, hablarle a la clase media, a la clase baja y apelando a sus frustraciones y aspiraciones. Temas como la inmigración, la inflación y el sentimiento de pertenencia, permeó en varios sectores. Esto influyó, sobre todo, en los hombres jóvenes, para que votaran por el magnate.
La narrativa política se alejó de lo tradicional. Asesorado por su hijo Barron, Trump se presentó en podcasts que son escuchados por los jóvenes, como The Joe Rogan Experience. Kamala Harris también fue convocada, pero rechazó la invitación.
En tanto, Trump aprovechó el espacio, presentando al Partido Republicano a estos nuevos electores como el protector de los trabajadores, el partido que sí los entiende, al contrario del Partido Demócrata “con intelectuales woke y de élite cultural” alejados de la realidad de Estados Unidos.
Trump ha entendido la nueva narrativa y los códigos comunicativos, y ha aprovechado la desinformación para llevar agua a su molino. Las fake news se convirtieron en una herramienta política, apelando, una y otra vez, a la unión, a que el enemigo es el otro y hay que vencerlo. El éxito de Trump es llevar el escándalo, el histrionismo al escenario político. Y en eso, él es un experto.
El storytelling fue aprovechado en la campaña; desde el atentado que sufrió y el reaccionar levantando el puño, dio a entender que un verdadero patriota sale avante, reforzando la idea de que era un “hombre indomable” que se enfrenta al sistema. Cada error o escándalo, fue reformulado como una victoria que derivó en una conexión emocional con las personas y seguidores.
Donald Trump prácticamente es una marca, la de un outsider que no sigue las reglas y que, según algunos críticos, Kamala Harris no pudo confrontar, pues no creó una línea propia, ya que no tomó distancia del gobierno de Joe Biden.
Donald en Mc’Donald’s: un ejemplo de viralidad en las elecciones de EE. UU. 2024
El video de Trump en un local de Mc’Donalds sirviendo unas papas fritas y atendiendo al público en la ventanilla de delivery, se hizo viral. Pero, ¿fue una ocurrencia? No. Este local, convenientemente, se ubica en Pensilvania, como ya mencionamos anteriormente, un estado codiciado en esta elección.
“Amo McDonald’s. Amo los empleos y creo que es inapropiado cuando alguien dice que trabajó en un McDonald’s, pero nunca trabajó en uno”, dijo Trump, aludiendo a que Kamala Harris mencionó que, en su juventud, trabajó en uno de estos establecimientos, pero Trump cree que esto no pasó, por lo que aprovechó el tema para llevar a cabo esta acción.
Y como menciona un asesor de su equipo: “En un mundo con la atención tan fragmentada, quien domina los memes, domina la conversación”.
Conclusión
Las celebridades que respaldan a los candidatos no son nuevas en la política estadounidense. Desde Beyoncé hasta Kanye West, muchos han utilizado su alcance para apoyar sus causas y candidatos preferidos, lo que demuestra que esta tendencia sólo se amplía en cada elección.
Aunque esta influencia de celebridades y la emocionalidad puede fomentar la participación, también puede simplificar temas complejos y alienar a los votantes. Este “voto influencer” representa, tanto una oportunidad para involucrar a los jóvenes como un desafío para fomentar un voto verdaderamente autónomo.
Con respecto al triunfo de Donald Trump, el manejo de su campaña electoral nos deja algunas lecciones: los electores son consumidores de ideas, de historias y claro, de emociones, por lo que los contenidos deben mostrar cercanía y conexión.
Las campañas y los candidatos son productos. Por ello, se necesita toda la información de un público objetivo, de sus necesidades y dolores para resolverlos. La viralidad conecta, si se queda en la mente del público el video, el meme, es memorable. El público reconoce, sobre todo, lo auténtico.
El resultado de las elecciones de EE. UU. 2024, la emocionalidad y las lecciones del marketing político, serán cuatro años en los que Donald Trump estará en la Casa Blanca. Veremos la reconfiguración no solo del país vecino, sino de otras naciones.
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