27 de marzo Día Mundial del Teatro 2024: celebra la paz y el arte

El 27 de marzo es un día en el cual se reconoce la labor y la dedicación de los actores, y se promueve a las artes escénicas en la sociedad.

Esta conmemoración tiene su origen en el año 1961, con el apoyo de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). Tiene por objetivo reconocer y fomentar el valor del arte dramático como una vía de paz entre las naciones.

Se celebró por primera vez el 27 de marzo de 1962 por iniciativa del Instituto Internacional del Teatro, pues en París se llevó a cabo la temporada del “Teatro de las Naciones”. Este evento significó la unión de las artes escénicas de todos los países.

Cada año, en esta fecha se celebra el teatro y su impacto en la cultura de la paz. Se presentan obras de diferentes géneros como tragedia, comedia, farsa y melodrama, así como géneros musicales como ópera, zarzuela y opereta. También se incluyen obras musicales y danza. El diálogo dramatizado en el ballet también se considera teatro.

El teatro es el género artístico que une a la literatura y a las artes escénicas. Todas las culturas antiguas representaron la vida cotidiana, o enseñaron a los jóvenes sobre las tradiciones, la religión o cómo se fundó su comunidad.

En Occidente, en los siglos VI al IV a. C. los griegos entendieron estas representaciones como arte, fue el origen del teatro como tal. Un ejemplo: las bacanales o fiestas dedicadas a Dioniso, el Dios del Vino y la fertilidad, donde se escenificaban momentos importantes de la mitología griega.

En estas representaciones no podían faltar el vino y el baile, por lo que Dioniso empezó a ser visto también como el dios del Teatro. Un sacerdote suyo, Thespis, añadió diálogos a los rituales, que se escuchaban junto a la música y el coro. Él fue el primer actor de la historia y ganó la primera competencia que se realizó en Atenas en el año 534 a. C.

El teatro comenzó a florecer en Grecia y además del tema religioso, abordó la educación de los jóvenes y los valores cívicos. Así surgen tres de los grandes autores griegos: Esquilo, Sófocles y Eurípides, quienes escribieron las tragedias sobre los mitos. Pero también, la comedia destacó y su representante fue Aristófanes.

El teatro griego influyó en otros lugares como en Roma. El teatro era muy importante para los romanos, ya que cuando había funciones, las actividades se detenían y toda la gente iba a verlas. Era parte de su identidad y cultura. Al llegar el cristianismo, el teatro romano decayó.

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Después de la caída del Imperio Romano, el teatro perdió relevancia pues el cristianismo lo rechazaba por su origen pagano.

En el siglo X se comienza a representar la liturgia cristiana y la Pascua. Las escenas eran de los pasajes de la Biblia. Se escenificaban en las iglesias y conventos pero, poco a poco, salieron del claustro para que más personas las conocieran, al aire libre.

En España fueron llamados autos sacramentales o dramas de la Eucaristía y sus principales exponentes fueron Lope de Vega, Calderón de la Barca y Tirso de Molina.

En Inglaterra, también estas funciones recorrían todos los lugares. Sin embargo, los protestantes y los humanistas del Renacimiento las condenaban por frívolas. Fueron prohibidas también en París.

Pero en el Renacimiento, las obras teatrales se enfocaron en desligarse de la religión y retomar el legado de Aristóteles, entre otros autores.

La burguesía como principal clase social determinó nuevos estilos como lo serían el teatro barroco español y el isabelino inglés. Las figuras principales fueron Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare, respectivamente.

Pero la Comedia de Arte Italiana también fue un género muy reconocido, ya que fue una forma de teatro callejero interpretada por actores profesionales. Se presentaban en las plazas de los pueblos y fueron muy populares. Nace el género de la tragicomedia y para el siglo XVII, aparece la ópera. Este “estilo italiano” finalmente recorre toda Europa.

Francia no se queda atrás: en este siglo, los autores Jean Racine, Pierre Corneille así como Molière, aportan grandes obras a la humanidad.

La siguiente etapa del teatro en Occidente, llegó con el romanticismo alemán en la segunda mitad del siglo XVIII, que enfatizó el sentimentalismo y el dramatismo. Entre los autores más relevantes de esta época se encuentran Wolfang von Goethe, Friedrich Shiller con obras como Fausto y Guillermo Tell.

A su vez, el nacionalismo europeo influyó en más autores como Georg Büchner, Alfred de Musset, Víctor Hugo, el Duque de Rivas y José Zorrilla, entre otros.

El paso a la modernidad se dio en el siglo XIX con el teatro realista: en las representaciones teatrales, se describía a la naturaleza con mucho detalle. Aquí adquieren notoriedad autores como Björnstjerne Björnson, August Strindberg y Henrik Ibsen, Anton Chejov, Manuel Tamayo.

El siglo XX dio paso a diversas escuelas teatrales o las vanguardias, donde los personajes tenían mayor profundidad psicológica con técnicas interpretativas como el Método Stanislasvki, y con temas de militancia política y de denuncia.

Algunas corrientes fueron el expresionismo, el teatro épico, el teatro del absurdo vinculado al existencialismo, además se reflejaba un sentimiento antiburgués.

A partir de los años 60, el teatro reconecta con las emociones del espectador y lo hace partícipe de las obras.

Se rompen las viejas estructuras teatrales por lo que se llevaron a cabo obras experimentales. Este movimiento se propaga a Europa y a otros países, pues la intención era hacer teatro no comercial para un público más diverso.

Hoy en día, el teatro físico, el teatro documental y el teatro de inmersión son algunas de las tendencias más relevantes.

El teatro físico se centra en la expresión corporal más que en los diálogos, por lo que los actores y el espacio toman fuerza.

El teatro documental presenta historias reales que se sustentan en datos, entrevistas, todo para poner a la luz la verdad.

En el teatro de inmersión, el público comparte el espacio con los actores y el escenario, participa en la acción.

El teatro tiene un impacto positivo en el desarrollo de los niños y los jóvenes: les ayuda a ver el mundo desde otras perspectivas, así desarrollan la creatividad y la imaginación.

Fomenta la sociabilización y mejora la concentración, sobre todo, en los adolescentes quienes pueden expresar sus sentimientos más fácilmente, así como la coordinación corporal. Llevar a los niños a obras de teatro infantil, o a los adolescentes a tomar clases, tiene estos beneficios.

Este año, el escritor noruego Jon Fosse, ganador del Premio Nobel 2023, nos habla de cómo todos somos únicos pero, al mismo tiempo, parecidos. Nos dice que el arte y en especial el teatro, ayuda a entender nuestras diferencias y lo que nos hace humanos.

El arte nos enseña a celebrar lo diferente y la belleza de lo que es desconocido. También es una forma de establecer y promover la paz y el diálogo, en contraste con las guerras que quieren eliminar lo diferente.

Para unirte a las celebraciones puedes:

  • Asistir a una función de teatro o participar en alguna obra en tu comunidad.
  • Compartir en redes sociales cómo ha sido tu experiencia con el teatro o unirte a eventos virtuales que te acerquen a personas de otras nacionalidades.
  • Apoyar a los teatros locales: acude a sus funciones o haz un voluntariado para promover las artes escénicas, o si en tu escuela o universidad se presentan obras de teatro, difúndelas, ¡participa!

El Día Mundial del Teatro es un festejo a la creatividad, a la diversidad y al poder del arte. A través de sus historias, el teatro une a las personas de todo el mundo.

Al participar en las actividades de este día, contribuimos a una sociedad más empática y conectada.

Este 27 de marzo de 2024, Día Mundial del Teatro, ¡descubre la magia que ofrece el escenario!

Explora más: Universidad Humanitas

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